Ahora bien, viendo la inclusión desde esta perspectiva, nos encontramos con que la inclusión puede ser educativa, social, financiera o laboral.
La inclusión educativa se refiere a las prácticas que tienen como objetivo integrar a todo tipo de estudiantes en el espacio escolar.
Este tipo de inclusión busca que estudiantes con diferentes capacidades físicas, origen étnico, nacionalidad, género o clase social puedan ingresar al sistema educativo y puedan estudiar en condiciones iguales con sus semejantes. .jpeg)
La inclusión social es un proceso que busca que todas las personas, sin importar su condición social o física, participen plenamente en sus comunidades

La inclusión financiera se refiere a las diversas acciones que buscan garantizar que todas las personas tengan acceso a productos y servicios financieros asequibles y responsables que satisfagan sus necesidades. Este tipo de inclusión se concibe como un elemento clave para reducir los índices de pobreza y promover la prosperidad de los ciudadanos, especialmente aquellas personas en situaciones de marginalidad.
La inclusión laboral se refiere a la creación de una cultura en el lugar de trabajo que promueva el acceso al empleo para todas las personas, sin importar su género, capacidades físicas u origen social. Es decir, que exista una igualdad de oportunidades para que todos tengan un trabajo digno con los cuales generar ingresos para su sustento.
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